sábado, 20 de febrero de 2016





La mayoría de los niños pasa por una “etapa de las palabrotas”, la cual tiene una duración variable.  Ocurre entre los 3 y los 5 años, ya que descubren que a través del lenguaje pueden provocar reacciones en los demás y lo utilizan para ello.
El niño, en principio desconoce el significado y  no busca ofender, pero percibe que cuando las usa, los adultos le prestan especial atención.
       Si se pretende que esta etapa no se afiance, hay que procurar que la palabrota pierda fuerza expresiva;  de ahí, que sea recomendable trabajar las siguientes recomendaciones:
  
  • Dar ejemplo, ya que lo que  no se ha oído no se imita.
  • Evitar reír o sonreír ante cualquier palabrota.
  • Explicar de forma sencilla que esas palabras ofenden.
  • No dar la mayor importancia, pues se puede fomentar su uso para llamar la atención.
  • Aportar otras palabras que sirvan como alternativa para expresar el sentimiento que el niño tenga en el momento.
  • Aumentar el vocabulario mediante los cuentos, juegos de palabras…

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